¿Cuánto cuesta instalar un punto de recarga en casa?
Normalmente, las marcas que venden automóviles eléctricos ofrecen varias promociones para instalar la cabina en la casa de su cliente. Algunos fabricantes de automóviles también ofrecen el punto de carga e instalación, y el distribuidor normalmente guía a los usuarios en el punto de carga que su vehículo requiere de acuerdo con los requisitos de la batería. Tampoco debes olvidar consultar las ayudas públicas actuales para la instalación de puntos de recarga.
Si el concesionario y la marca no se hacen cargo de la instalación, la única opción que te queda es la de contratar los servicios de un instalador electricista autorizado y cumplir con la normativa que establece el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión sobre la instalación de puntos de recarga en garajes.
Debe recordar que, dependiendo del tipo de vivienda y que el cliente necesite formas diferentes de cargar un vehículo eléctrico, hay varias opciones:
- Punto de recarga en un garaje individual de una vivienda unifamiliar: en este caso se puede conectar el vehículo a una toma doméstica de 16A sin un coste adicional, únicamente el consumo de electricidad que conlleve. El inconveniente de la toma doméstica convencional es que la recarga se hace a baja potencia (2,3 kW) y es menos segura.
- Punto de recarga tipo Wall box o base mural: el precio del equipo está entre los 100 y los 350 euros, a lo que hay que sumar el coste de la instalación de un circuito exclusivo, que será más caro cuantos más metros de cable se necesiten hasta llegar al contador individual. El precio de la instalación ronda entre los 400 y los 700 euros. De este modo, la instalación de este tipo de recarga se sitúa aproximadamente en los 1.000 euros, aunque no suele superar casi nunca esta cifra.
- Edificios de nueva construcción: el Real Decreto de 2014 obliga a que todos los edificios de nueva construcción lleven una preinstalación del punto de carga, con el fin de facilitar la posterior instalación de los espacios de recarga que sean necesarios.
¿Cómo puedo instalar un punto de recarga en un garaje comunitario?
El artículo 17.5 de la Ley de Propiedad Horizontal facilita la instalación de un punto de recarga de coche eléctrico en un garaje comunitario para uso privado.
Sin embargo, la parte interesada está obligada a informar a la comunidad con anticipación a su presidente o administrador. Para instalar el punto de carga, no se requiere el consentimiento de los vecinos, aunque la carrera recomienda mantener una copia del documento con su fecha, poesía y firma donde se registra el tipo de instalación y la fecha en que comienza el trabajo.
Para poder cargar un vehículo eléctrico en un garaje comunitario, el cargador debe instalarse en una sola ubicación para que el propietario tenga cargo del costo de la instalación y el consumo de energía. Debe recordar que se requiere la autorización de la parte comunitaria cuando se realiza la instalación, es necesario conectar el derivado a un contador comunitario o si se requiere una preinstalación en el edificio.
Si se da el caso y más vecinos quieren cargar un coche eléctrico, es recomendable, para evitar problemas, aprobar una serie de normas internas con el objetivo de que todos los propietarios/as que estén interesados en tener un cargador de coche eléctrico sigan los mismos criterios para la instalación. Se recomienda realizar una preinstalación común para todo el garaje que garantice el suministro cuando la demanda sea mayor, aunque esta opción debe estar aprobada por absolutamente todos los vecinos/as.
¿Cuánta potencia necesita un coche eléctrico?
La mínima es de 2,3 kW pero recomendamos que sea de 3,3 kW, con tal de que si un día haces muchos kilómetros, de tiempo a poder recargar toda la batería en una sola noche. Cuanta más potencia tengas, menos tarda en recargar. Por ejemplo, una batería de 30 kWh de capacidad tarda 9h en ser recargada totalmente (a 3,3 kW).
¿Cuánto tarda en cargar un coche eléctrico?
Para definir el tiempo aproximado y, se apunta que los que menos carga necesitan al menos 5 horas, mientras que otros pueden alcanzarlos o superarlos. Hay varias condiciones que contienen y definen este valor de tiempo, son diferentes para cada vehículo y también para los diferentes puntos de carga.
El tiempo de recarga de un vehículo es importante por muchas cosas, pero sobre todo porque influye y determina en el coste económico, aunque no es el único factor para calcular el gasto de luz de un coche eléctrico.
Los tipos de carga eléctrica
Carga lenta: entre 5 y 8 horas de media
La carga lenta es la que realizan la mayor cantidad de vehículos eléctricos, es básica y a baja potencia puede hacerse en puntos de carga domésticos o privadas como los que se instalan en lugares de trabajo o centros comerciales. En este caso se proporciona a la batería una carga con corriente alterna monofásica a 230V, 16A y con 3,6 kW de potencia máxima. El tiempo de carga en este tipo habitual varía de las 5 a las 8 horas, sobre todo, en función de la capacidad de la batería que incorpore el coche.
Carga semirápida: entre 1 hora y media y 3 horas.
Este tipo de carga no está aún muy extendida y no hay muchos puntos ni públicos ni privados que la permitan.
Carga rápida: menos de 15 minutos
La carga rápida es la que necesariamente tienen que ofrecer las gasolineras o puntos de recarga de ese tipo donde acuden muchos usuarios, pero no pueden estar por mucho tiempo. Se trata de aproximarse –por el momento no es posible- a los tiempos de repostaje de los combustibles fósiles. Instalar un punto de recarga rápida aún es complejo; se necesita una corriente continua de hasta 600V y 400A, para llegar a los 240 kW de potencia.
¿Cómo son los coches eléctricos que cargan más rápido?
La batería y su capacidad son clave para entender por qué unos vehículos tardan más en cargarse que otros. Es una razón evidente y fácil de entender una batería más grande –con más capacidad- dura más y exige menos recargas, pero una vez que se agote tardará más tiempo en volver a estar al 100 por 100. Los fabricantes de coches eléctricos trabajan actualmente en este punto junto con la seguridad, la meta es conseguir baterías potentes que permitan muchos kilómetros de autonomía al vehículo, pero sin elevar el peso ni el tamaño, además de conseguir formas de carga rápida incluso para estas grandes baterías.
Hoy las compañías del motor –y las que llegan desde otros sectores- indican tiempos de recarga aproximada de sus modelos eléctricos para orientar a los consumidores, además suelen implementar, al menos, dos modos de carga: uno más rápido y otro más lento para ofrecer comodidad y autonomía.